Fermín Eguía presenta en el Caraffa una muestra de monstruos y maravillas a lo largo de algunas de sus acuarelas, donde lo raro y llamativo se mezclan para dar origen a escenas que se reproducen y continúan de cuadro a cuadro como una historia contada a través de la pintura.
Una obsesión por los gatos, los peces y los pájaros se combinan con un pasaje de varios de sus trabajos sobre las narices como protagonistas del humor artístico de Eguía. Al tiempo que también son actores indiscutidos las peceras, las teteras y los panes.
Con sus grafismos dinámicos y algunas pinturas, Eduardo Stupía también muestra en el museo una selección de sus trabajos que van desde 1979 hasta 2009.
En una especie de ética del caos como reconoce el artista en su obra, Stupía y sus líneas que parecen no tener fin ilustran infinidades de paisajes de fondos blancos y trazos negros por demás imponentes.
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