
Que resulte impuntual para las citas, que maneje en simultáneo un grabador, la birome y el teléfono, que conozca de fútbol y política, que hable de un barrio y analice el mundo entero, que siempre esté dispuesto a dar la mano, que labure cuando los otros apolillan, que siga laburando aunque esté franco, preparando un informe o detrás de un primicia, ¡ojo, le paso el dato! Ese, es un periodista...
Que a veces no le dé tiempo a su familia, que hable con unos y con otros, mientras él proyecta una entrevista, que evalúe en las horas de descanso la versión que le llegó, desde arriba o desde abajo, superando confusiones, tomándose un café o fumándose un faso, ¡No lo dude, está clavado!Ese, es un periodista...
Que sea serio, chistoso, soñador y hasta romántico, que piense que la vida no es absurda, y deseche la injusticia del olvido, rescatando la memoria y la utopía, que no pretenda ser la figurita, que hasta sepa cantar o no, y entone un tango en una sobremesa de cantina, ¡No lo pase por alto!Ese, es un periodista...
Que aunque parezca igual, siempre es distinto, manteniéndose fiel a sus raíces, que trajina la vida chamullando, que sin que usted lo sepa, es un amigo que entrega sangre y piel para informarlo, que es capaz, al mismo tiempo, de leer, escuchar y escribir, exprimiendo teletipos, dándole vuelta una redacción en la cabeza. Un individuo hecho a papel, a cable y cinta, bastante parecido a un ser humano, poniéndole el pecho al micrófono y a las cámaras, que estudió, sufrió, gozó y siempre soñó, que se graduó en la calle, con la vida, pero aprendió y aprende siempre, y recibe el diploma a cada rato... ¡Ese es su hermano! ¡El periodista!
Angel Miguel Montenegro - Buenos Aires 1980-
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