Multitudes se hicieron presente en el centro de la ciudad para festejar con la magia que sólo el fútbol le imprime a esta parte del planeta.
Dos goles de Argentina hicieron delirar las gargantas de los cordobeses que vieron colectivamente el encuentro y se quedaron allí para cortar las calles y que sólo estuviesen presentes los trapos, las banderas, las camisetas y las estridentes vuvuzelas.
Pero Córdoba no fue el caos en medio del oasis. El país entero gritó la clasificación y celebró en cada punto por la selección. Alegría y unión que parece que sólo el fútbol puede dar.
¿Cómo estarán las calles este domingo cuando Argentina vuelva a jugar ante México? ¿Volverán las veredas a teñirse de papelitos y el aire de cánticos y cornetas? Esperemos que así sea.